Hoy, fuimos a Valencia, que queda al
sureste de Madrid.
Tomamos un autobús
para llegar, y el viaje duró más o menos cinco horas.
Tengo una amiga que se llama Amanda que vive
en Valencia, así que pasamos tiempo con ella la primera noche.
Nos encontramos en nuestro hotel, y dimos una
caminata por la ciudad por la noche.
La
ciudad es muy bella, y muy diferente a Madrid.
Valencia tiene menos de mil habitantes, así que el ambiente de la ciudad
es más parecido a la ciudad de Boston.
Les cuento que entre estas ciudad y yo fue
amor a primera vista.
Amanda nos llevó a uno de sus
restaurantes favoritos de la ciudad y comimos muy bien y muy barato. Amanda y yo, como no nos habíamos visto en 5
años, tuvimos mucho que contarnos. Pasamos más de 2 horas comiendo y charlando
en el restaurante (con mis otras amigas:
Cara, Estefanía, Cynthia y Emma.)
Ella empezó sus estudios en Middlebury College conmigo en 2007 y los
terminamos juntos en el año 2010. Huelga decir que estaba muy feliz de
verla. Después de comer, dimos otra
vuelta por la ciudad por una hora, y luego nos acostamos.
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Amanda y yo |
El próximo día, nos levantamos muy tarde porque
estábamos exhaustos por lo largo del viaje.
Fuimos primero al mercado Cabañal, donde se venden todos tipos de frutas, carnes, nueces, etc. Queríamos ir de compras allí, pero uno de los
vendedores nos dijo que los jueves son el mejor día para hacer las compras en
ese mercado. También, nos recomendó
hacer nuestras compras en otro mercado que quedaba más cerca de la playa.
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El
mercado Cabañal
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Entonces, al mediodía, más o menos,
fuimos a la playa de Valencia para descansar y para tomar el sol por la
tarde. El agua estaba RIQUÍSIMA, casi
como las tibias aguas del Caribe. No
había rocas en las playas y la vista era espectacular. Todos los que me conocen saben que no soy un hombre
de playa, pero la verdad es que me divertí tanto, y regresaría lo más pronto
posible. Lo único es que no me apliqué
bien el bloqueador solar, por eso me quemé las piernas y me dolía mucho. Tampoco recordé ponerme una gorra. Pero aunque me dolía mucho el cuerpo, todavía
estaba contento de estar en Valencia.
Echen un vistazo a las lindas fotos que bajé. La playa es un verdaderamente tesoro.
Pasamos más o menos 4 horas en la playa,
y después fuimos de compras al otro mercado.
Compré algunos recuerdos para mis amigos y para mi familia. Todo estaba a buen precio. Por ser tan fuerte el sol, tuvimos que
regresar al hotel para recargar las pilas y para ducharnos. Por la noche, nos perdimos mucho caminando
por las calles, pero por lo menos tuvimos la oportunidad de ver más de lo que
tiene para ofrecer Valencia por la noche.
Finalmente, encontramos buen sitio para cenar. Pedimos muchas tapas y las compartimos
todas. Comimos patatas bravas, chorizo a
la sidra, pan con salsas diferentes, pollo y algunas cositas más. Después de comer, aunque estábamos ya muy llenos
de haber comido tanto, caminamos a una heladería y comimos unos helados
riquísimos. Fue una noche fantástica.
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En la playa con mis amigos |
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El centro |
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En el agua :) |
Nos despertamos DE NUEVO muy tarde porque
las camas del hotel eran mucho más cómodas que las camas en la residencia
universitaria.
Así que no nos sentíamos
mal por haber perdido parte del día.
Sabiendo que teníamos que estar en la estación de los autobuses a las 6,
aprovechamos nuestro último día en Valencia, y fuimos a la ciudad de las Bellas
Artes para ver su famoso edificio.
La
arquitectura es increíble, y las personas pueden poner los pies en el agua
mientras disfrutan las vistas fenomenales.
No entramos en el edificio porque no había tiempo, pero sí nos sentamos
un rato y hablamos del programa, y que solamente nos quedan 4 días más!!!! Es
que no lo puedo creer, y aunque voy a estar feliz de ver a mi familia, y a mi
novio y a mis amigos, también sé que voy a estar triste de dejar un lugar que
ya ocupa una parte muy especial dentro de mi corazón.
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Enfrente de la ciudad de las Bellas Artes |
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Otra enfrente de las Bellas Artes |
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Otra vista de la playa |
Por la tarde, después de reflexionar
sobre nuestras experiencias en Madrid, comimos paella valenciana, que normalmente
sólo lleva pollo. (La paella típica de
Madrid, sin embargo, casi siempre lleva mariscos.) Nuevamente, la comida estaba muy buena. Hasta ahora, creo que la mejor comida ha sido
la de Asturias, pero Valencia gana el segundo lugar. Pedimos el menú del día, que siempre viene
con un aperitivo, un plato principal y un postre por un precio fijo. La paella sabía buenísima y también pedimos
ensalada, calamares y unos postres deliciosos.
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Paella valenciana |
Desafortunadamente, después de comer,
tuvimos que ir a la estación de autobuses para coger nuestro autobús de vuelta a
Madrid. Estoy en el autobús en este
momento escribiendo esta entrada, porque cuando regrese a casa, tengo que
terminar con todos mis deberes. Además,
tristemente, la próxima entrada será mi última.
Será la entrada de despedida.
Pero no pensemos en eso ahora.
Pensemos en el hecho de que tengo 4 días más para disfrutar la vida de
Madrid.
Hasta luego, Valencia, y buenas noches,
Madrid.
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